lunes, 10 de abril de 2017

Después de rozar el cielo

Ricardo Garanda Rojas  (En Toledo el 25 de Abril de 2015)



Tras el aire limpio
y el sol puro de otoño,
ahora la niebla te acoge
retornando en hielo
aquel ilusionante cálido retoño
que nació de la lucha
y del miedo.
Es duro volver a tierra
después de rozar el cielo.


Esos nubarrones que retornan
a la oscuridad  de los días
aún no olvidados,
jactándose nos informan
que fue pronto para la alegría
de la aparente victoria
y ahora vuelven
tapando la luz brillante
que ya marcaba
nuestra personal melancolía.

Otra vez ese intruso
que te engaña
y te roba las células
creando el caos de nuevo
en tu cuerpo herido
con la injusta saña
de quien se empeña
en ser tu enemigo.

Nada es cierto si te cerca
y daña
este maldito asesino,
salvo la verdad sin velos
de esta nueva batalla
de una guerra ya luchada,
falsificando el anhelo
de acabar de saltar
la oncológica muralla.

Ahora ya sabemos
que gozar y ser fiel
a cortos honores de victoria,
no prepara el sueño
contra el final de hiel
de la vulnerable y temporal gloria.




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